Hablar de honorarios arquitectónicos en Paraguay puede parecer complicado al principio, pero en realidad se trata de entender algo muy simple: el valor del trabajo profesional detrás de cada proyecto.
En arquitectura no se cobra solo por dibujar planos. Detrás de cada línea, cada decisión y cada cálculo hay tiempo, conocimiento, experiencia y responsabilidad técnica. Por eso, es importante saber de dónde salen los números y qué representa realmente ese “honorario”.
Un poco de contexto legal
Los honorarios de los arquitectos en Paraguay se basan, principalmente, en la Ley N° 1012/83, que regula el ejercicio de la profesión y establece pautas generales para calcular los aranceles referenciales.
Esta ley busca asegurar que los profesionales sean remunerados de forma justa y proporcional al tipo de trabajo que realizan, y que los clientes también cuenten con una referencia clara y transparente al momento de contratar un servicio.
Factores que influyen en los honorarios
No existe un único valor fijo para todos los proyectos, porque cada obra es distinta. Pero hay varios elementos que siempre entran en juego:
- Tipo de proyecto: no es lo mismo diseñar una vivienda unifamiliar que un hospital, un colegio o un local comercial. Cada uno tiene exigencias técnicas, normativas y responsabilidades diferentes.
- Alcance del servicio: el costo varía según lo que el cliente necesite. Puede ser solo un anteproyecto, un proyecto ejecutivo completo, dirección de obra, administración o fiscalización.
- Costo estimado de la obra: muchas veces los honorarios se calculan como un porcentaje del valor total de la construcción, lo que ayuda a mantener una relación equilibrada entre esfuerzo y magnitud del proyecto.
- Superficie: en algunos casos (por ejemplo, relevamientos o mediciones), la cantidad de metros cuadrados es el factor más directo.
En resumen: la ley da el marco, pero el diálogo define los detalles. Cada proyecto merece una conversación abierta entre el cliente y el arquitecto para ajustar el alcance, los plazos y los honorarios con transparencia.
¿Por qué hablar de honorarios justos?
Porque un honorario justo no es solo un número: es lo que permite al arquitecto dedicar el tiempo necesario, pensar cada detalle, cumplir con las normas, y garantizar que el resultado final sea seguro, funcional y estéticamente coherente.
Un proyecto bien planificado, bien documentado y bien dirigido ahorra dinero y problemas a largo plazo. La calidad profesional no es un gasto extra: es una inversión.
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ArquiFee.py no reemplaza al arquitecto ni fija precios obligatorios —solo ofrece una referencia orientativa, basada en la ley y en valores de mercado actualizados. La idea es fomentar una cultura de claridad y confianza, donde tanto el cliente como el profesional sepan desde el inicio qué esperar.
En resumen
Hablar de honorarios no debería ser un tema incómodo. Al contrario, debería ser parte natural del proceso de diseño y planificación. Cuanto más clara sea la conversación, mejor será el resultado para todos.
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