Cobrar por servicios arquitectónicos en Paraguay puede parecer sencillo, pero muchos profesionales caen en trampas comunes que afectan su rentabilidad, credibilidad y sostenibilidad en el tiempo. No se trata solo de poner un precio, sino de entender todo lo que implica entregar un servicio profesional: desde el contrato hasta los impuestos.
Estos son los cinco errores más frecuentes al cobrar por servicios arquitectónicos en Paraguay. Evitarlos puede marcar la diferencia entre un negocio rentable y uno que apenas sobrevive.
1. No firmar contrato
Trabajar sin contrato es como construir sin cimientos. Muchos arquitectos, sobre todo al comenzar, aceptan encargos “de palabra”, confiando en la buena fe del cliente. Error. Un contrato no solo establece el alcance, los honorarios y los plazos: también protege tu trabajo frente a cambios de criterio, impagos o disputas.
Además, cuando no hay contrato, los términos los impone el cliente. Y eso nunca termina bien para vos. Incluso un contrato básico sirve como respaldo legal y muestra profesionalismo. Si no estás usando contratos, estás corriendo un riesgo innecesario.
2. No cobrar por revisiones
Una frase peligrosa en este rubro es: “¿Podemos hacer unos pequeños cambios?” Esos “pequeños cambios” pueden multiplicarse, consumir horas de trabajo y, si no están presupuestados, no los vas a cobrar nunca.
Cada revisión fuera del alcance original debería tener un costo adicional. Y eso tiene que estar claro desde el presupuesto inicial. No se trata de ser inflexible, sino de poner límites. Estás vendiendo tiempo, experiencia y criterio. No regales tu trabajo.
3. Cobrar demasiado bajo “para entrar al mercado”
Uno de los errores más destructivos es subcotizar por miedo a perder clientes. Frases como “Es mi primer proyecto, no puedo cobrar mucho” o “Después les cobro más” solo te llevan a atraer a los peores clientes: los que buscan lo más barato.
Cuando cobrás muy por debajo del valor real, no solo trabajás a pérdida. También ayudás a devaluar la profesión. Y salir de ese círculo después es difícil. Establecé tus precios con criterio profesional. Atraé a clientes que entiendan el valor del servicio, no a los que buscan una “ganga”.
4. No estimar tiempos correctamente
Es común que un arquitecto calcule solo el tiempo de diseño, olvidando todas las horas que va a invertir en reuniones, revisiones, trámites, seguimiento de obra y coordinación con otros profesionales. ¿Resultado? El proyecto te consume el doble de tiempo y terminás ganando menos de lo que pensabas.
Una estimación realista de tiempos te permite calcular mejor tus honorarios y evitar sorpresas. Si subestimás tus tiempos, perdés dinero. Así de simple.
5. No contemplar impuestos ni gastos
Muchos presupuestos se hacen sin considerar IVA, facturación, transporte, licencias, software, impresiones y otros gastos operativos. Luego, cuando llega el momento de pagar impuestos o renovar herramientas, el ingreso neto ya no alcanza.
Tus honorarios deben incluir una proyección real de costos fijos y variables. De lo contrario, vas a trabajar mucho para ganar poco. Y eso, a la larga, quema hasta al más apasionado.
Conclusión
Cobrar bien no es solo poner un número. Es entender tu valor, anticiparte a los problemas y proteger tu tiempo y esfuerzo. Estos errores son comunes, pero evitables si contás con herramientas adecuadas y un enfoque profesional.
💡 Usá nuestras herramientas para evitar estos errores desde tu próximo presupuesto. Asegurate de que cada proyecto sea justo, rentable y sostenible. Porque tu trabajo vale, y tiene que pagarse como tal.